Hace unos días hablaba con el socio director de un despacho de cierto tamaño (unos 100 profesionales) quién amablemente accedió a que le entrevistara para un proyecto de investigación académica.

Después de las preceptivas preguntas y ya sin la intimidante grabadora delante, iniciamos otro tipo de conversación, más relajada y entretenida en la que me fue explicando la configuración de servicios del despacho y la inversión en Investigación y Desarrollo realizada a lo largo de los últimos años. Justamente en los años en que las cosas se habían puesto algo feas para todos, no siendo una excepción tampoco para ellos.

La mayoría de departamentos habían reducido sus ingresos y solo el área concursal parecía animada y en crecimiento. Puro reflejo de lo que muchos despachos han vivido estos últimos años. Lejos de refugiarse y esperar a tiempos mejores, ellos decidieron convertir la situación en una oportunidad y tomaron varias decisiones:

Su departamento informático, en base a las ideas del equipo, desarrolló varias herramientas:

El departamento de marketing, junto con el resto de áreas funcionales, estudiaron el mercado, detectaron nichos, diseñaron nuevos productos y crearon el fondo documental, divulgativo y comercial necesarios para ponerlos a la venta cuando llegara el momento.

Se hicieron más fuertes como despacho, también como equipo y se anticiparon a las necesidades del mercado: han salido reforzados de la crisis y ahora se encuentran en una situación inmejorable.

Ahora ha llegado su momento, justo cuando el departamento concursal, aún con volumen, empieza a ver el declive de su época dorada.

Mi última pregunta es: ¿te importa que escriba sobre todo lo que me has explicado? Su respuesta es que no. No, porque hemos recorrido un largo camino que nos garantiza una ventaja competitiva muy sólida.

Chapeau!

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