LA SOCIEDAD DIGITAL OBLIGA A CREAR MARCA UNIVERSITARIA

El jueves 7 de septiembre, “La Contra” de La Vanguardia ofrecía una entrevista de Lluís Amiguet a Dan Levy, profesor e investigador de políticas públicas de la universidad de Harvard, bajo el titular de “Muchas universidades van a cerrar, porque no hacen falta”. La digitalización, tanto del producto como de las personas, hace que se busque, y se encuentre, la mejor información en la red y a un coste cero.

Hace un tiempo, explicaba Levy, una importante universidad de California le dijo a sus profesores de filosofía que la siguiente semana no debían acudir a las aulas porque los estudiantes seguirían en streaming un seminario que daba un eminente filósofo en la Universidad de Harvard. ¿Significa eso que desaparecerán las Universidades? Probablemente no.

Lo que significa es que las Universidades deberán ofrecer una formación distinta a la estrictamente académica. Las Universidades, como los alumnos que se forman en ellas, deberán entender que el mundo tenderá a dar cabida a menos profesionales, porque cada profesional tendrá un alcance geográfico universal. Por lo tanto, el valor agregado de cada producto, de cada servicio o de cada profesional, servirá de criba para su subsistencia, para su éxito o para su desaparición. A ese valor diferencial de una persona, de un producto o de una organización es a los que llamamos MARCA.

Algunas universidades empiezan a despertar y a darse cuenta de este fenómeno. Si no quieren convertirse en meros centros académicos con fecha de caducidad más o menos próxima, tendrán que ampliar horizontes formativos para sus alumnos. El pasado 12 de septiembre, ACC Imagen Personal y Corporativa tuvo la oportunidad de formar parte de la sesión inaugural en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), una institución que ofrece a su alumnado una formación mucho más allá de la puramente académica. Entendiendo que el ser humano es multidimensional, se centra en el desarrollo de las tres áreas más importantes de la persona, su intelecto, su espíritu y su físico, ofreciendo distintas actividades y disciplinas concebidas para tal fin. Y es en este marco de amplia oferta formativa donde se incardina también la formación del estudiante en el área de la imagen personal.

Si el centro universitario desarrolla al futuro profesional, parece importante entender que su imagen profesional es parte de esa formación, porque la imagen personal es un código de comunicación potente y efectivo, tanto para proyectar el mensaje correcto como el que no lo es.

Y con ello llegamos a la primera de las cuatro dimensiones de la imagen personal: la apariencia. Porque ser apropiado y saber escoger cómo presentarse en cada ocasión y contexto, denota inteligencia y cultura. Lo contrario demuestra falta de respeto a las personas y a las normas, lo que no suele ser una jugada inteligente para empezar una relación o establecer una buena primera impresión.

En general, la gente tiende a infravalorar la importancia de la apariencia por considerarla un aspecto frívolo y prejuicioso. Un estudio dirigido por la autora del libro “Executive presence”, Sylvie Ann Heckett, dedujo que, si bien en la valoración de un profesional para atribuirle las características de un líder con presencia ejecutiva, eran prioritarias las habilidades comunicativas y su actitud, de la big data se desprendía que la apariencia, la imagen personal, era el filtro a través del cual esas otras dos dimensiones de la imagen (actitud y comunicación) eran valoradas. Y eso explicaría la razón por la cual muchos profesionales, teniendo iguales, o incluso mejores capacidades que otros colegas a los que ven escalar por la ladera del éxito, se quedan en posiciones relegadas. Así de importante es la apariencia en la carrera profesional.

Pero la imagen profesional no se limita a una buena apariencia. Como acabamos de mencionar, otras dos dimensiones fundamentales de la imagen personal son el comportamiento y la comunicación.

Es importante aprovechar los años de formación en la Universidad para desarrollar habilidades sociales. Cómo comportarse con colegas, con amigos, con profesores, con el personal administrativo y auxiliar de la institución. Cada relación interpersonal que se establezca en la vida va a venir marcada por unos patrones de comportamiento, por un vocabulario, un tono, unos temas de conversación, una distancia/espacio personal. El uso correcto del espacio personal es importantísimo, y quizás uno de los detalles más infravalorados por las culturas latinas, así como las árabes, en las que el espacio personal que se guarda es mínimo, o inexistente a veces. La internacionalización del mundo universitario es un buen ring de entrenamiento para este tipo de habilidades sociales.

Los años universitarios son también clave en la formación de las capacidades de comunicación del estudiante. Los emails que se manden entre compañeros de proyecto no serán en el mismo tono ni formalidad que aquéllos que escriban para comunicarse con un profesor. Las habilidades para hablar en público también tendrán aquí su oportunidad de desarrollo. Tan importante es adquirir conocimientos como saber comunicarlos y venderlos al mundo.

Y, por último, se les habló también a los estudiantes de la cuarta pata sobre la que se sostiene la imagen personal, que es la imagen digital. Si bien es cierto que las generaciones que hoy son universitarios son hijos de la sociedad digital, sin embargo no por ello dejan de ser jóvenes e inexpertos. Y hasta ingenuos, a veces. Por ello es fundamental que aprendan que los nombres de usuario, las fotos más comprometedoras, propias o ajenas, las opiniones emitidas, las asociaciones o grupos con las que se relacionen, seguirán en la red por siempre, llevando al presente cualquier error pasado, aunque se haya enmendado.

BETH BORÉS
Fundadora y Directora de ACC Imagen Personal y Corporativa S.L
Colaboradora de +MoreThanLaw