El pasado 1 de octubre la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) organizó la Jornada Gestionando el entusiasmo y la energía para un mayor rendimiento, con el presentador Jordi Cerezuela Badia, Director Territorial de IBERMUTUAMUR y los ponentes Ferrán Martínez, Director General de MIRABAUD SPORT ART & CULTURE y Juan Luis Fernández Fernández, socio fundador y Presidente Ejecutivo de MANUM CONSULTING. Éxito de convocatoria y apasionante contenido. Enhorabuena!

Para hacer justicia al nivel de la jornada tendría que reproducir literalmente los mensajes que nos transmitieron los ponentes. Pero no es el momento ni el objetivo de este post, en el que quiero compartir dos ideas que no olvidaré y que he interpretado y personalizado como sigue:

Cuando un profesional entra a la empresa cabizbajo, cansado, derecho a la máquina de café y resoplando… Qué podemos esperar de él? Mandadlo a casa! (…) Me encantó. Muy gráfico.

Ya no estamos en la era industrial en la que preocuparnos por la gestión de la productividad (un matiz: cambiemos el preocuparnos por el ocuparnos), sino en la era del conocimiento y lo que hay que hacer es gestionar la energía. Así, surge un nuevo rol de directivo: The Chief Energy Officer, con la misión de transmitir entusiasmo, de liderar hacia la creatividad, innovación, inteligencia emocional, cooperation and partnering. En la energía está el éxito del profesional y, por ende, del cliente (en su sentido más amplio) y de la empresa a la que está vinculado. Gestionémosla!.

2. Enfoque profesional del deporte de élite: hábitos, optimismo, constancia, esfuerzo, sacrificio, retos, equipo, adaptabilidad, resiliencia… y energía. Conceptos clave tanto en el deporte como en el ámbito profesional, en cuyos escenarios es imprescindible:

Y tras desarrollarlo también aquí podríamos abrir debate con la idea lanzada de Life is a sprinter, not a marathoner__ teniendo que hilar muy fino para no dar un sentido equivocado a lo que se compartió. Lo haremos en otro post. Pero quedémonos con el mensaje de la necesidad de definir la estrategia a largo plazo, tener una dirección y, a la vez, fijar objetivos a corto y a medio para no perder la motivación, para vivir cada instante intensamente, o cada oportunidad como única y así darlo todo con la mejor versión de nosotros mismos como en un sprint, con el esfuerzo que requiere, como único camino de ir sumando éxitos para llegar a la meta de nuestra estrategia.

En un escenario cada vez más cambiante y complejo a nivel socioeconómico, empresarial y familiar o personal, asimétrico en el que conviven el parado con el que no para, con pérdida de confianza en el sistema y con organizaciones cuyas políticas corporativas pretenden obtener más con menos, los profesionales sin energía o con alta emocionalidad negativa son una realidad que hay que aprender a gestionar. Toca pensar cómo. Ser proactivos y buscar el entusiasmo para optimizar la eficiencia y la ilusión en el trabajo, logrando así los resultados que pretendemos con mayor productividad, compromiso e innovación, y hacer que la estrategia sea posible.

Y parafraseando a Einstein, La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma, hagámoslo y convirtámosla en positiva!